¿Qué es la Programación neurolingüística?

Es el arte y ciencia de la excelencia personal. Es un arte porque cada uno da su toque único personal y de estilo a lo que está haciendo, y esto nunca se puede expresar con palabras o técnicas. Es una ciencia porque hay un método y un proceso para descubrir los modelos empleados por individuos sobresalientes en un campo para obtener resultados sobresalientes.

Es una tecnología sistemática sobre cómo lograr la excelencia personal en un periodo muy breve y conservarla de manera permanente, pues se basa en la presuposición operativa de que todo comportamiento tiene una estructura que puede ser modelada, aprendida, enseñada y cambiada (re-programada).

La Programación Neuro Lingüística postula que todos los sistemas neurológicos de los individuos se parecen, de manera que si alguien en el mundo puede hacer una cosa con éxito, usted también puede, siempre que descubra y gobierne su sistema nervioso exactamente del mismo modo.

El nombre engloba los tres elementos fundamentales que producen la experiencia y la conducta humana: neurología, lenguaje y programación:

  • Programación: Se refiere a los programas (de comportamiento) que producimos, entendiendo programa como el modo elegido para ordenar una secuencia de ideas y acciones, generando hábitos con el fin de producir con más facilidad los resultados deseados. En la Programación Neurolingüística (PNL) el concepto de programa (extraído de la Informática) se homologa al concepto de estrategia.
  • Neuro (del griego Neurón o nervio) recoge la idea fundamental de que todo comportamiento proviene de nuestros procesos neurológicos que quizá desencadenan procesos hormonales (comportamiento: neuronas más hormonas). Percibimos la realidad a través de los sentidos, pero le damos significado mediante un proceso de interpretación, que siempre es subjetivo, y actuamos según ello.
  • Lingüística (derivado del latín “lingua”), Los procesos neurológicos son expresados mediante un doble lenguaje: verbal y no verbal, que se manifiesta a dos niveles: consciente e inconsciente, para ordenar nuestros pensamientos y conductas, para construir nuestra realidad y para comunicarnos con los demás.

La Programación Neurolingüística fue específicamente creada para permitirnos hacer magia, creando nuevas formas de entender como la comunicación verbal y no verbal afecta el cerebro humano. Como tal, presenta la oportunidad de no sólo comunicarnos mejor con los demás, sino también de aprender cómo podemos tomar más control sobre aquellas actividades que considerábamos ser funciones automáticas de nuestra neurología. La Programación Neurolingüística (PNL) es un nuevo camino para resolver viejos problemas.

La Programación Neurolingüística (PNL) trata la estructura profunda de la experiencia humana subjetiva; como organizamos lo que vemos, oímos y sentimos, y cómo revisamos y filtramos el mundo exterior mediante nuestros sentidos. También explora cómo lo describimos con el lenguaje y cómo reaccionamos, tanto intencionalmente como no, para producir resultados. No se plantea el por qué de lo que se hace, sino como se hace.

Apoya en el proceso de darse cuenta qué programaciones inconscientes se tienen, procedentes de nuestra infancia –probablemente muchas-, o de nuestras primeras experiencias laborales, o de la propia acción cotidiana del entorno. La mayor parte de estas programaciones tal vez estén siendo útiles, pero algunas puede que no, porque ahora se persiguen objetivos diferentes.

La Programación Neurolingüística (PNL) no es una teoría, sino una práctica: un conjunto de modelos, habilidades y técnicas para pensar y actuar eficazmente. Su propósito es ser útil.

Encadenando comportamientos se construyen modelos conscientes más o menos complejos (por ejemplo, amarrarse los zapatos, conducir un vehículo o manejar un ordenador). Una vez dominados se convierten en hábitos inconscientes. La repetición de la misma orden de neurona a neurona tiene el mismo efecto que cuando se transita reiteradamente por el mismo camino de montaña: la ruta se despeja, se hace más fácil. Y se libera la atención del consciente para poder tratar otras cosas (se puede conducir y charlar con nuestro acompañante o poner la radio).

Afortunadamente, la mayor parte de lo que se hace y lo que mejor se domina, se hace de modo inconsciente porque se ha convertido en un hábito. La ventaja es que no exige atención, ni casi energía. El hábito “funciona” solo.

“Nuestro inconsciente nos gobierna en un 95% y el consciente en un 5%”

Mónica Ramírez Martínez

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